25 de diciembre de 2011

"ROSEGONS"

No me cansaré de afirmar que gran parte de los platos que ponemos en las mesas de nuestros hogares son de procedencia o influencia musulmana. Especial mencion a la pasteleria ya que fueron los moriscos quienes nos enseñaron a utilizar la harina, las pasas, la miel, el azucar y por supuesto las almendras. Como ya estamos en Navidad y son fiestas donde los dulces nos los encontramos alla donde vamos, hoy vamos a preparar unos rosegons con los que agasajaremos a quienes vengan a visitarnos.

Nos hara falta:

1 kg de almendra molida (no muy fina y con piel)
1 kg de azúcar
3 huevos grandes

Batir los huevos  y añadir el azucar y la almendra. Amasar todo hasta conseguir una pasta bien ligada (al principio os parecerá que no va a ligar nunca pero al final se consigue). Ahora, con la manos untadas de aceite, iremos pellizcando la masa y sacando trozos no muy grandes ya que cuando se sequen quedan muy duros. Antaño, cuando el ritmo de vida era mucho menos acelerado que el de hoy en dia, esta operación se hacía un mes antes de Navidad y los rosegons se dejaban secar al aire. Nosotros nos conformaremos con colocarlos en una bandeja de horno, y los hornearemos, con el aire, a 200º , durante unos 10 minutos, hasta que empiecen a dorarse. Hay quien le añade a la masa canela y/o ralladura de limon, pero yo lo encuentro innecesario. Tambien hay quien los pinta con huevo antes de meterlos en el horno a fin de que cojan un color más dorado. Que cada uno haga lo que estime más conveniente. Un vino espumoso (no podemos llamarle cava) de moscatel bien fresco os irá de perlas para mojar los rosegons.

Nota. La traducción al castellano de “rosegons” viene a ser algo así como “mendrugos”, lo que viene a significar que cuando se secan, es bastante difícil hincarles el diente.

19 de diciembre de 2011

LOMOS DE DORADA EN SUQUET Y GULAS


La dorada es un pescado blanco de la misma familia que el besugo o el denton. Debido a la proliferación de criaderos, ahora su precio es mucho más asequible. No obstante, la diferencia entre la carne fina de una dorada salvaje, que se alimenta de otros peces, crustaceos y moluscos y una de criadero alimentada a base de piensos secos, con una carne más blanda y menos sabrosa, es abismal. En nuestras costas mediterraneas, su consumo está muy generalizado tanto en calderetas, a la sal, a la espalda o, como la vamos a preparar hoy, en suquet.

Para 4 personas.

6 lomos de dorada
16 langostinos
100 g de gulas (o anguiriñas)
50 cl aceite de oliva
½ litro caldo de pescado
1 cebolla cortada en juliana
3 dientes de ajo picados
1 tomate rallado
2 patatas medianas
2 ramitas de perejil
½ cucharadita de pimentón
Sal
Pimienta
Aceite


Si no tenemos buenos cuchillos, pedir en la pescadería que nos limpien y separen los lomos de las doradas. Pelar los langostinos y quitar las cabezas. En una cazuela lo suficientemente grande como para que quepan los lomos de las doradas, calentar aceite y sofreír las patatas, la cebolla, los ajos, el tomate y el perejil. Incorporar el pimentón y el caldo de pescado, salpimentar, tapar y dejar a fuego medio hasta que esté todo tierno. (puede tardar unos 15 minutos dependiendo del tamaño de la patata). Poner los lomos de la dorada previamente salados, los langostinos y las gulas (o anguriñas que son algo más baratas), dejar cocer unos minutos hasta que el pescado esté cocido (debe quedar jugoso). Una buena barra de pan y un vinito rosado ligeramente afrutado es lo que os recomendaría para este plato. Buen provecho.

11 de diciembre de 2011

ESTOFADO DE SEPIA Y PENCAS (OTRO)


Yo siempre he defendido que la cocina de cada zona está condicionada esencialmente por dos cosas: su ubicación y por su clima. El mar mediterraneo nos suministra la mayor parte del pescado y marisco fresco que tomamos. A la vez, la temperatura y la lluvia actuan de dos maneras, la primera es que nos condiciona la producción agricola. Muchas verduras y hortalizas de nuestra huerta no podrian producir si nuestro clima no fuese lo templado que es. Por otro lado, si tuviesemos temperaturas muy bajas nuestro recetario estaria formado por platos mucho más contundentes que lo que aquí solemos elaborar. Para el plato de hoy vamos a utilizar ingredientes frescos y cercanos. La verdura de nuestra huerta y la sepia de nuestro Mediterraneo que se acerca a la costa a buscar agua templada.

Para 4 personas nos hará falta:

2 sepias grandes frescas
½ kg patatas
3 pencas
1 cebolla
1 tomate
½ vaso de vino blanco
½ litro de agua
1 ramillete perejil
4 dientes de ajo
Pimienta
Azafrán o colorante
Aceite de oliva
Sal
Limpiar, cortar en trozos de unos 5 cms y poner a hervir las pencas durante al menos ½ hora. Mientras, limpiar, trocear y salar las sepias, pelar cebolla, pelar y picar los ajos. Pelar las patatas y “romperlas” en trozos 3 ó 4 cms. Picar el tomate. En una cazuela sofreír la cebolla y los ajos picados. Luego añadir el tomate y el perejil y dejar al fuego unos 3 minutos. Echar el contenido de la cazuela en el brazo de túrmix y triturarlo todo hasta conseguir una especie de papilla. Sofreír la sepia  y cuando veamos que empiezan a estar, saltear un poco las pencas que ya estarán hervidas. Echar las especias, (la pimienta con moderación) el agua, el sofrito que hemos picado, sal y el vino y dejar a fuego medio unos 20 minutos. Cuando veamos que la penca esté tierna, añadir las patatas y cocer hasta que estén cocidas. A mitad de cocción rectificar de sal si fuese necesario. Si viésemos que nos quedamos sin caldo, se puede añadir un poco. Este plato lo vi preparar por primera vez en el Taller de cocina de Conchi Gómez quien, una vez más me sorprendió, tanto por su resultado como por la sencillez de su elaboración. Espero que disfruteis tanto como lo hice yo cuando lo probé.

4 de diciembre de 2011

LA SARDINA DE BOTA Y EL SOPARET ALICANTI


La sardina de bota ha sido, durante años uno de los grandes recursos alimenticios a la hora del almuerzo de los jornaleros agrícolas. La forma de coccion era sencilla, se les quitaba el exceso de sal, se las abria por la mitad, se las freia en abundante aceite y a mojar pan. Alla por los años 50, un conocido restaurante de Alicante mejoró la imagen de dicho plato añadiendo ñoras, huevo, ajos tiernos y patatas e inventó el conocido como soparet alicanti, plato típico de las noches de las Hogueras de San Juan y en donde, nuevamente, podemos ver una perfecta simbiosis entre la tierra y el mar. Tengo que advertiros que se trata de un homenaje al colesterol y a la tension. Si lo preparais, procurad que sea temprano para que, cuando llegue la hora de acostarse, tengais la digestión más que hecha. De lo contrario, llevaros agua a la mesilla de noche por que vais a estar bebiendo constantemente. Vamos con el plato.

Ingredientes por persona

1 sardina de bota (tambien llamada “de casco”)
1 huevo (mejor si es campero)
2 ñoras
3 tomates secos
1 patata pequeña
3 ajos tiernos
Aceite de oliva
Sal


Rehidratar los tomates dejandolos en agua tibia durante una hora. Pelar y cortar las patatas. Limpiar los ajos y quitar el pezón y las semillas a las ñoras. Si no teneis ñoras a mano, tambien podría hacerse con pimientos verdes o incluso rojos. Los tomates secos son opcionales pero yo los he puesto porque me encantan y para hacerle la boca agua a mi buen amigo Ximo. Las sardinas, basta limpiarlas con un poco de agua pero si lo preferis, podeis quitarle la cabeza y la escata. Utilizaremos dos sartenes. En una empezaremos a freir las patatas. En la otra calentar abundante aceite y dorar primero que todo, las ñoras y los tomates secos procurando que no se quemen. Retirar y echar luego los ajos. Reservar tambien. En el mismo aceite, freir los huevos, uno a uno, e ir colocandolos en cada plato. Finalmente sofreir las sardinas (podeis abrirlas por la mitad o hacerlas enteras). Montar tantos platos como comensales haya con un huevo, una sardina, los tomates, unas cuantas patatas fritas, la ñora o los pimientos y los ajos tiernos. El colofón es verter el aceite de la sarten por encima de los platos y salar ligeramente el huevo. Si los comensales son pocos tambien puede colocarse todo en una bandeja, como he hecho yo, y que cada uno se sirva en su plato.

Nota. Antiguamente las sardinas de casco se vendian envueltas en papel de estraza y lo que se hacía, al llegar a casa, era colocarlas una a una, envueltas en el mismo papel, entre la hoja y el marco de una puerta (donde estan las bisagras). Se cerraba un poco a fin de prensarlas. Con ello se conseguia que la espina y las escamas se separaran y así quitarlas mas fácilmente. Yo sinceramente creo que se pueden freir igual que se comen frescas (sin escatar) pero cada uno que haga lo que quiera.

Otra Nota. El nombre de “bota” viene del recipiente circular de madera donde se coloca para su venta, una vez sometidas al proceso de salmuera y prensado.