La móllera es un pescado sin mucha repercusión comercial pero no por ello desconocido en nuestras tierras. La poca consistencia de su carne no la hace muy recomendable para guisar ya que acaba deshaciéndose. Es por ello que, sinceramente creo, que la mejor manera de disfrutar de ella es frita. La receta de hoy, acompañada por ejemplo, de un poco de pimiento frito, bien podría constituir una cena perfecta durante estos días de calor.
Solo necesitaremos:
Molleras
Aceite de oliva
Harina
Sal
Elegiremos las molleras frescas y las prepararemos lo más pronto posible ya que es un pescado que no aguanta mucho. Lo primero que haremos es limpiar y quitar agallas y tripa. Luego lo secaremos bien con papel absorbente o un paño. Esto parece una tontería pero hace que la harina luego se adhiera bien y que los pescados no se peguen unos con otros. Salarlo. Calentar aceite en una sartén hasta conseguir que esté bien caliente pero sin que llegue a humear. Pasaremos las molleras ligeramente por harina (hay una especial para frituras) e inmediatamente los echaremos a la sartén, pero sin llenarla y dejando suficiente espacio para que cuando veamos que ya está frito por un lado, podamos darle la vuelta. Cuando esté por ambos lados, lo sacaremos y colocaremos sobre papel absorbente a fin de que quitemos el exceso de grasa. Repetir la operación hasta terminar con todo el pescado. Servir en seguida junto a un vinito de aguja bien fresco.
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