Todavía estamos en temporada de la sardina y una de las cosas que más me gusta hacer en septiembre que ya no aprieta tanto el calor, es una barbacoa con sardinas frescas.
Ingredientes:
Sardinas
Limón (opcional)
Aceite (opcional)
Sal gorda
Repasar un poco las sardinas en agua, salarlas y, sin destripar ni quitar las escamas, colocarlas en la parrilla previamente calentada. (así ni se pegan ni se deshacen al sacarlas). Giramos la parrilla en unos minutos para que se hagan por el otro lado y a la mesa. Hay quien hecha unas gotas de limón o un chorrito de aceite antes de comérselas. Un vinito blanco fresco no muy afrutado os irá que ni pintado.
Si la barbacoa la tenéis al aire libre y una tormenta os estropea el día, también se pueden hacer con la plancha, que procuraremos este bien caliente y mojada ligeramente con un chorrito de aceite (para que no se peguen) y obraremos igual. El inconveniente es que tendréis que darles la vuelta una a una con la ayuda de una espátula.
Por último, si os gustan las sardinas, habitáis en un piso y no queréis que toda la finca se entere de lo que coméis ese día, os aconsejo las hagáis al horno precalentado a 200º. Bastará que forréis una bandeja con papel de aluminio (así no se ensucia), echar un pellizco de sal, las sardinas encima y luego volvemos a salar. Antes de los 10 minutos, dependiendo del tamaño, estarán asadas y listas para comer.
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