Y continuando con el otro cerdo del mar, "el rape", hoy vamos a hablar de su higado. Curiosamente, esta es la parte menos conocida de dicho pescado y la que más juego gastronomicamente hablando puede darnos. En Cataluña por ejemplo, lo utilizan para preparar la picada que luego se echa a los platos de pescado, en Japon lo hierven envuelto en papel trasparente y luego hacen dados que sirven acompañados de diversas salsas. En la Comunidad Valenciana hay quien lo hierve junto a la cabeza del rape para elaborar caldos con los que luego cuecen el arroz. Tambien puede cocinarse como lo hariamos con otro tipo de higado, a la plancha o frito. Personalmente lo encuentro un verdadero manjar pero entiendo que dada su textura y su fuerte sabor, haya personas que no les guste. Hoy voy a prepararlo como si de un entrante se tratara, pero de dos formas diferentes, simplemente a la plancha por un lado y enharinado y frito por el otro.
Ingredientes
Higado de rape
Harina
Aceite de oliva
Limon
Sal
Pedir al pescadero que nos lo corte en láminas de poco más o menos un centímetro y cuando vayamos a usarlo lo lavamos bien lavado en el grifo y lo secamos. Por supuesto interesa que sea fresco y no conviene que este en la nevera mucho tiempo. Cuanto antes lo consumamos, mejor.
Ingredientes
Higado de rape
Harina
Aceite de oliva
Limon
Sal
Pedir al pescadero que nos lo corte en láminas de poco más o menos un centímetro y cuando vayamos a usarlo lo lavamos bien lavado en el grifo y lo secamos. Por supuesto interesa que sea fresco y no conviene que este en la nevera mucho tiempo. Cuanto antes lo consumamos, mejor.
A la plancha
Calentar la plancha, echar un chorrito de aceite para que no se pegue y dorar el rape por ambos lados. Retirar, salarlo un poco, servirlo en un plato junto a un chorro de aceite de oliva
Calentar la plancha, echar un chorrito de aceite para que no se pegue y dorar el rape por ambos lados. Retirar, salarlo un poco, servirlo en un plato junto a un chorro de aceite de oliva
Enharinado frito
Recomiendo esta forma de cocinarlo para los menos partidarios de sabores fuertes. Coger las láminas y trocearlas, salarlas. Rebozar ligeramente los trozos y freirlos en una sarten con aceite no muy caliente. Dejar escurrir en papel absorbente para evitar el exceso de grasa. Colocar en un plato con un fondo de lechuga y servir junto a unas rodajas de limon.
1 comentario:
Maravillosa receta ,yo soy de las que me gusta expermentar. Y me quedo buenisimo con limon .
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