14 de noviembre de 2010

NISCALOS O ROVELLONES

Esta mañana, para “desenchufar” y relajarme me he ido a la montaña a pasear y, mira por donde, me he tropezado con unos cuantos rovellones. Ya sabéis que durante los meses de octubre y noviembre, si el clima y la lluvia acompañan, por las hombrías de pinos y algarrobos, son muy fáciles de encontrar. Por nuestra zona no suelen haber especies venenosas y si elegimos aquellos con el sombrero de color anaranjado, con su parte inferior de tono más oscuro y si al romperlos vemos que su carne es rojiza e incluso sueltan un jugo que parece sangre (de ahí que también sean conocidos como “esclata sangs”), la mayor preocupación que deberemos tener con ellos es saber como cocinarlos.

Nos hara falta

Rovellones
Sal
Aceite de oliva
Pimentón
Ajos

Limpiarlos de tierra con una servilleta de papel (no mojar nunca). Os voy a proponer dos formas, la primera y más tradicional es asarlos durante unos pocos minutos a la brasa o, en su defecto, en una sartén donde podamos taparlos. Un poco de sal, el ajito bien picado, un chorro de aceite de oliva y una pizca de pimentón es más que suficiente. También hay quien les agrega unas gotas de limón y otros un poco de pimienta y/o perejil pero eso ya va a gustos de cada uno.

El segundo método es más moderno y ensucia menos que el anterior. Colocarlos con la picada anterior dentro de un plato y meterlo dentro del microondas a máxima potencia durante 2 minutos aproximadamente. Listo. Aaah y no os preocupéis si coméis bastantes y se os oscurece el color de la orina, se trata de un pigmento rojo que tienen y que nuestro cuerpo elimina a través de la misma.

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