Aun que el animo de este blog es el de preservar y recuperar aquellos platos que durante muchos años han deambulado por los fogones de nuestros antepasados, quiero desde aquí hacer una especial mención de una bebida que ha estado fuertemente arraigada al nuestro folklore popular. Se trata de la cazalla, bebida de sabor fuerte y seco que se obtiene de la destilación de esa planta tan común que tenemos en nuestra cuenca mediterránea como es la matalahúga o anís (Pimpinela anisum).
Cuatro son los formas que conozco de beberla:
2º La segunda forma y mas moderada de todas es la de agregar una pequeña cantidad de cazalla a los botijos de agua para endulzarla y que quitara mas la sed. Hay quien defiende que es posible que esa costumbre naciere de la creencia de que añadiendo un poco de anís a la agua se mejoraba sus condiciones sanitarias. Eso era muy importante en una época en que las epidemias de cólera eran más que frecuentes.
3º He aquí la forma mes extendida de disfrutar esta bebida. Cuando finalizaba la jornada, cansados y sedientos, los hombres volvían a pasar por el bar para que les liquidaran jornales, enterarse de lo que había ocurrido durante el día y como no, charlar y fumar un rato con los amigos en compañía de una copa. Esa copa hoy normalmente es una cerveza pero antaño, su uso no estaba tan generalizado y era mucho más normal el que se bebiese un vino “del terreno”, una absenta o una cazalla. Si tenemos en cuenta que el aguardiente tiene 45º no es difícil imaginar que si de lo que es trata es de relajarse y refrescarse, es necesario que es mezcle con agua, lo cual le da un color blanco que hace que es conozca con el nombre de “paloma” o “nuvolet”. Cada uno la diluye en la proporción de agua que mas le gusta (normalmente 4 partes de agua por una de cazalla), pero ya sabéis eso del dicho de que “sobre gustos no hay nada escrito”.
4º Otra forma de tomársela es mezclándola con jarabe de lima y rebajándola igualmente con agua. En este caso la mezcla toma un color amarillo y por eso se la conoce con el nombre de “canari”. Actualmente ya existen marcas de aguardiente que comercializan botellas con la mezcla de cazalla y lima hecha, por lo que solo hay que añadir el agua.
Cuatro son los formas que conozco de beberla:
1º “A palo seco”. Aun que no os lo creáis, hasta no hace muchos años había muchísima gente que la tomaba como desayuno. A principios de siglo pasado, los jornaleros solían concentrarse en plazas o puertas de los bares, ofreciendo sus servicios. En las zonas mas frías y húmedas, era bastante normal el que estas personas “entonaran” sus cuerpos con una buena copa de cazalla, mientras esperaban a que rompiese el día. También hoy en dia hay costumbre de tomársela en forma de chupito
2º La segunda forma y mas moderada de todas es la de agregar una pequeña cantidad de cazalla a los botijos de agua para endulzarla y que quitara mas la sed. Hay quien defiende que es posible que esa costumbre naciere de la creencia de que añadiendo un poco de anís a la agua se mejoraba sus condiciones sanitarias. Eso era muy importante en una época en que las epidemias de cólera eran más que frecuentes.
3º He aquí la forma mes extendida de disfrutar esta bebida. Cuando finalizaba la jornada, cansados y sedientos, los hombres volvían a pasar por el bar para que les liquidaran jornales, enterarse de lo que había ocurrido durante el día y como no, charlar y fumar un rato con los amigos en compañía de una copa. Esa copa hoy normalmente es una cerveza pero antaño, su uso no estaba tan generalizado y era mucho más normal el que se bebiese un vino “del terreno”, una absenta o una cazalla. Si tenemos en cuenta que el aguardiente tiene 45º no es difícil imaginar que si de lo que es trata es de relajarse y refrescarse, es necesario que es mezcle con agua, lo cual le da un color blanco que hace que es conozca con el nombre de “paloma” o “nuvolet”. Cada uno la diluye en la proporción de agua que mas le gusta (normalmente 4 partes de agua por una de cazalla), pero ya sabéis eso del dicho de que “sobre gustos no hay nada escrito”.
4º Otra forma de tomársela es mezclándola con jarabe de lima y rebajándola igualmente con agua. En este caso la mezcla toma un color amarillo y por eso se la conoce con el nombre de “canari”. Actualmente ya existen marcas de aguardiente que comercializan botellas con la mezcla de cazalla y lima hecha, por lo que solo hay que añadir el agua.
Una advertencia de ultima hora, especialmente para aquellos que hace tiempo que no han disfrutado esta bebida o no la han tomado nunca y es que tiene 45º. Acordaros de ese otro dicho de “La caçalla fa rialla” (La cazalla da risa)
3 comentarios:
Y con esta bebida se hace el herbero de mi cuidad. Alcoy.
Muy buena la informaciòn, si señor.
Saludos y Felices Fiestas de Orquidea59
Me puedes pasar la receta porfa?
Perdona pero el anis (planta) no se destila. La cazalla y otras bebidas son licores que usan como base el aguardiente de vino.
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