6 de octubre de 2013

CARPACCIO DE CHAMPIÑONES


Ya estamos en otoño y los champiñones, al igual que el resto de hongos y setas, pronto comenzarán a aparecer bajo las hojas de nuestros bosques y montañas. Hoy voy a presentaros una receta ideal para tomarse un aperitivo que, de buen seguro, agradará a casi todos y que no interrumpe, salvo que nos pasemos con el aceite, esa intención que tenemos de cuidarnos un poco después de los excesos del verano. La ventaja del champiñón es que podemos encontrarlos en el mercado durante todo el año, las calorías que nos aportan son mínimas y los beneficios para nuestra salud, importantes. Según estudios realizados, parece ser que mejoran nuestro sistema inmunológico, tiene gran poder antioxidante y es rico en minerales y vitamina B2 pese a que la mayor parte de su contenido es agua. Únicamente tienes que tener cuidado con sus excesos los que sufren de gota

Tenéis que tener a mano:

100 g de champiñones
2 dientes de ajo
Pimienta negra
1 limón
Vinagre de manzana
1 ramillete de perejil
½ cucharadita de romero
½ cucharadita de tomillo
Aceite de oliva
Sal

Cuando vayamos a comprarlos, elegiremos aquellos cuya cabeza veamos bien sujeta al tallo y de color blanco sin manchas. Lo primero que tenemos que hacer es quitarles, con un trapo, la tierra que tengan y dejarlos bien limpios. Los cortaremos en láminas finas procurando que todas tengan el mismo grosor. En un bol grande colocaremos los champiñones y los cubriremos con el vinagre y el zumo del limón (así también evitaremos que ennegrezcan). Espolvorear con el romero y el tomillo picado y dejar en la nevera como unos 45 minutos removiendo de vez en cuando para que se vayan macerando. Mientras, en el mortero, picaremos ajos y perejil junto a un pellizco de sal y la pimienta. Por último echaremos al mortero un poco de aceite y mezclaremos bien. Sacar los champiñones de la nevera, colocar en un plato, regar con el contenido del mortero y a la mesa. La cantidad de vinagre tiene que ser suficiente como para que queden los champiñones totalmente cubiertos. Si no os gusta muy avinagrado, siempre podéis reducir el tiempo de maceración.

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