La receta de hoy es muy fácil de preparar y tiene un resultado sencillamente espectacular. Esta mezcla de salado y dulce podemos presentarla como entrante y también como guarnición. He aquí pues una de esas recetas que han pasado de las cocinas de nuestros abuelos a las mesas de los restaurantes con apenas unos cambios en la presentación.
Ingredientes necesarios:
Berenjena
Harina de trigo
Miel de caña
Aceite de oliva
Sal
(No ponemos cantidades para que cada uno haga la que entienda necesita)
Nos vamos al mercado y buscaremos una berenjena con piel brillante. Ya en casa la lavaremos un poco y la cortaremos como si fuesen patatas para freír, es decir, longitudinalmente en trozos de poco más o menos un centímetro de ancho por unos 10 de largo. Quitaremos la piel donde la haya y las dejaremos un rato con agua fría y sal para que se les vaya el amargor. Limpiar y secar los palitos y pasarlos ligeramente por harina. Calentar aceite en una sartén y freír. Iremos retirando y colocándolas en un plato con papel absorbente a fin de quitar el exceso de grasa. Pasarlas a un plato para servir, salar y añadir miel de caña por encima. Una cervecita fría de acompañamiento no os irá mal.
1 comentario:
me encanta todos los ingredientes, gracias por la receta
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