Los ingredientes necesarios son:
½ kg de caracoles
6 cucharadas soperas de tomate
1 cabeza de ajos
3 rebanadas de pan (de barra) fritas
20 almendras
3 ramitas de hinojo tierno
Aceite de oliva
Sal
Los caracoles debemos dejarlos
al menos un día sin comer para que purguen si los hemos recogido nosotros. Si
son congelados no hace falta. Lo primero
que hay que hacer es limpiar bien los caracoles para ello os recomiendo lo de
las 7 aguas. Colocarlos en una palangana añadir agua fría y darles una cuantas
vueltas para que suelten impurezas, luego escurrir y repetir la operación hasta
7 veces. Las 2 últimas en vez de agua, les echaremos un buen pellizco de sal y
remover. Veremos cómo empiezan a soltar baba, que enjuagaremos bien y la
quitaremos. Una vez limpios los pondremos en una cazuela totalmente cubiertos
con agua y los dejaremos al sol para que saquen la molla. Una vez veamos que
está fuera, echaremos sal, las ramitas de hinojo y los herviremos durante 3
minutos. Apagar fuego y dejarlos para que cojan sabor. En una cazuela con
aceite sofreiremos hasta dorar los ajos pelados (excepto 3), las almendras y
las rebanadas de pan y reservar. En el mismo aceite sofreiremos los 3 dientes
de ajo restantes pelados y picados y el tomate triturado. Mientras picaremos en
el mortero el pan, las almendras y los ajos y cuando el tomate esté frito
añadirlo todo a la cazuela y mezclar bien. Regar todo con 2 vasos de los de
agua del caldo que hemos hervido los caracoles, remover, rectificar de sal si
fuese necesario y cuando comience a hervir añadir los caracoles y el hinojo que
había en el caldo. Dejar cocer unos 10
minutos, hasta que reduzca el caldo, apagar el fuego y dejar reposar al menos 1
hora para que los caracoles cojan el sabor de la salseta. Un vino rosado no muy
frio y a chuparse los dedos.
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