A estas alturas, no voy a descubrir nada si digo que el rape probablemente sea uno de los mejores manjares que uno puede llevarse a la boca. Las formas de guisarlo son incontables pero siempre con un tamaño mínimo. Cuando como hoy, son de talla pequeña, creo que simplemente friéndolos, podemos disfrutar de un aperitivo excepcional.
Colitas de rape
Pimienta blanca
Aceite de oliva virgen extra (si es posible)
Un limón
Sal
Con unas tijeras cortaremos las espinas que aparecen sobre y bajo las colas. Salpimentarlas. En una sartén calentaremos abundante aceite. La temperatura del aceite es lo más importante. Echar las colitas y sofreír durante 1 minuto o minuto y medio por cada lado (según tamaño). Cuando veamos que empiezan a coger una tonalidad dorada, los iremos retirando y colocando sobre un plato con papel absorbente. Colocar inmediatamente en otro plato, sin darle tiempo a enfriarse y a la mesa con una rodajita de limón. Un vino blanco fresco y no excesivamente seco os ira de maravilla
No hay comentarios:
Publicar un comentario